miércoles, 29 de febrero de 2012

Ingeniudad Divino Tesoro

Como ya lo he publicado en diferentes ocasiones, mi Nat sufre un desorden de personalidad que entre otras cosas, le impide mantener el orden; por lo que cada determinado tiempo, me meto asu recámara en un día o un fin de semana en el cual ella no se encuentre cerca para poder tomar decisiones a mis anchas en cuanto a qué juguetes conservar, cuáles poner en la bolsa de donaciones; así como hacer una pesquisa en cajones y cajoneras en búsqueda de aquellas prendas de talla tan mini que ya no le entran por la cabeza, pero que al ser blusas llenas de brillos, flores, telas hermosas o bordados exquisitos, no hay forma de que mi hija las coloque en la bolsa de ropa para regalar.

La penúltima vez que hice esta incursión de limpieza exahustiva, obviamente tardé horas y busqué hasta por debajo de la cama para encontrar zapatos y prendas perdidas. En uno de esos instantes en los cuales me incorporaba, mis ojos vislumbraron unos papelitos pegados a la pared, cerca del marco de la puerta y a una altura de unos 10 a 15 cms del suelo. Me acerqué con curiosidad a leerlos y no pude evitar la Carcajada, mientras una ola de Infinito y Tierno Amor corría por mi cuerpo.

Mi hija de casi once años; que empieza a sufrir en su cuerpecito el embate de las hormonas; que ha pasado por situaciones difíciles de vida que la han llevado a madurar en temas por los que otros niños no tienen que pasar; quien aveces me sorprende con sus comentarios sobre los hombres, las relaciones, las personas y la sociedad... ella, me demostró con unas palabritas que el mejor regalo que Dios nos da es la Inocencia.

Ella, aún alberga en su corazón, le belleza de la fantasía; la esperanza por las cosas maravillosas y la creencia de que hay Magia en este mundo. La Amé profúndamente; la admiré y la respeté por ser quien es, a pesar del Gran tiradero que pueda haber en su cuarto y de que olvide una y otra vez las instrucciones, si tiene tarea o si hay que bañarse. Ella, es maravillosa, única, irrepetible y tengo la fortuna de ser su madre.

¿Qué decían las notas?



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