lunes, 12 de agosto de 2013

Embarazo después de los 40

Después de Seis años me ví a mi misma en el Espejo con Asombro: ¡¡¡Embarazada!!! Y mi Mundo casi se derrumbó... Mis planes, mis proyectos; el Futuro que estaba yo planeando con tanto cariño y Amor a mí misma simplemente se vieron como una mancha borrosa.

Yo no lo tenía planeado; Ya casi era una mujer libre con una hija a punto de entrar a la secundaria y un hijo de 6 años que, aunque discapacitado, era ya parte de mi rutina y visión de vida.  Las cosas en la escuela iban viento en popa; los cursos terapéuticos estaban ya formados en lista para este año; la planeación para abrir la Cabina a mediados de año y los pacientes que empezaban a llegar... Todo parecía Viento en Popa y mi vida se acomodaba por fin como nunca.

Pero en Diciembre decidí abrirme a la oportunidad de una relación profunda con un hombre que había llegado a mi vida y que parecía ser la perfecta pareja para las circunstancias en la cuales yo quería vivir. Y entonces, una vez más el milagro de la Vida se abrió paso en mis entrañas y heme aquí.

¿Y por qué decidí escribir en la sección de Quejas? Simple, el embarazo no sólo ha modificado mis actividades; frenado mi carrera como psicóloga y terapeuta; causado un estado de revolución en mi vida y generado un estrés como no había vivido en años... sino que además, de mis tres embarazos, ha sido el peor.

Siempre dije que mi primer embarazo fue del Asco; el segundo del Horror y puedo decir sin temor ni remordimiento, que este embarazo ha sido del Terror.

Mucha gente se sorprende al escucharme decirlo, porque la gente no entiende que una cosa es Cómo nos sentimos cuando estamos embarazadas y otra muy diferente Cómo nos sentimos con respectoa a nuestro Bebé.

Hay que aprender a Separar.  Hablar sobre lo horrible que es estar embarazada y odiar el embarazo, no implica que Odio a mi hijo.  Y sinceramente es molesto tener que estar escuchando a las personas decir: "¡No digas Eso! ¡Un Bebé es una Bendición! Todo el Esfuerzo vale la pena Te verás recompensada cuando nazca" y un laaaarrrrgoooo etc...

Y sí, estoy convencida de que cuando nazca, realmente me voy a "aliviar"; que volveré a comer sin problemas; que mi función gastrointestinal volverá a la normalidad; que no sentiré más ascos al comer; que no se me amargarán más los alimentos; que no me darán más mareos, sofocos, taquicardias, dolores de espalda y de piernas; que podré levantarme de esta cama y salir sin temor a sufrir un colapso, un desmayo o una falta de equilbrio y que por fin podré recuperar mi movilidad, mi libertad y dejar de tener las odiosas contracciones que limitan mi respiración, ponen todo mi organismo en alerta de parto y me agotan aunque no me pare de esta cama más que para ir al sanitario en todo el día. 

En pocas palabras: Volveré a ser Yo. Y por tal motivo, Espero con ansias el día en que eso suceda. Porque Además, no es lo mismo "Los tres Mosqueteros que 20 años después" Tengo 41 y aunque era una mujer atlética, sana y cuya edad biológica era 10 años menor cuando me embaracé; simplemente estar embarazada a esta edad ha traído peores achaques que antes y mayores dificultades para todo, especialemente la salud.

Y decir que detesto estar embarazada y sentirme mal todo el tiempo; NO SIGNIFCA en ningún momento que NO AME a mi hijo. Tan lo Amo, que desde el momento que supe de su existencia, en mi mente empecé a generar el plan de acción para poder sostenerlo; a planear los cambios que tenía que llevar a cabo en mi vida para poder recibirlo, educarlo y darle la vida digna que merece; pero antes que nada: Lo encomendé a Dios, para que nada le ocurriera, para que yo pudiera estar bien y ser su madre y para que todo lo que vayamos a necesitar, nos sea provisto.

No sé qué pasará en el futuro próximo; no sé cómo va a ser mi vida a partir de su llegada; pero lo que SÍ SÉ sin lugar a dudas, es que el Amor nunca será una carencia; que el esfuerzo para que sea un niño feliz jamás faltará en mi día a día y que junto con mis otros dos bodoques, seremos una familia feliz y llena de Bendiciones, porque lo que importará, no será lo mal que me sentía durante el embarazo y cuántas veces haya dicho que el embarazo para mí es como una enfermedad. Lo que importará es que a pesar de todo el malestar, decidí gestar una nueva vida; traerla con bien al mundo y dejarla enriquecer mi Espíritu, mi Familia y mi Corazón.

¿Quién puede negar que eso es verdadero Amor?

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