Después de casi siete años de haber dado a luz a mi penúltimo hijo, me siento como madre primeriza. Y no por no saber cambiar un pañal o por no saber cargarlo o sacarle el aire... Es por toda la situación en general.
Es la primera vez, que doy a luz un hijo totalmente sano que no tuvo que quedarse en la incubadora, urgencias o terapia intensiva; la primera vez que salí del hospital con mi Bebéen brazos camino a casa y empecé la aventura de seguir conociendo a mi vástago.
También ha sido la primera vez que mi Bebé se despierta cada 3 horas para comer; al ser un Bebé que no pasó por el rudo manejo hospitalario, se duerme y se asusta con ruidos fuertes; se despierta llorando a todo pulmón y cuando no me huele cerca, no para de llorar.
También es la primera vez que duermo con mi Bebé en la misma cama facilitando el proceso de amamantamiento nocturno y creando un vínculo súper especial con mi pequeño.
Y también es la primera vez que dedico toda mi experiencia y paciencia como madre para tratar de entender su llanto interminable en estos últimos días; lo que me ha llevado a descubrir sus cólicos y transtornos gástricos.
Sí, está siendo una nueva experiencia... a pesar de haber sido madre ya dos veces antes, puedo decir que nunca es tarde para experimentar todo de nuevo y como si fuera la primera vez.
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