Dios me ha bendecido con un buen hombre. Y como buen hombre, es
demasiado bueno en muchas cosas. Como hoy, que llegó y vió mi cara de
angustia y rápidamente me solté a contarle lo de BB y me puse a llorar.
Yo pensé que se iba a enojar con lo del vidrio en la cabeza de BB, pero
sólo me abrazó y preguntó si estaba bien y quiso irlo a ver.
Ahorita está preparando la cena y realmente cocina rico.
Tiene sus detalles, (todas nos quejamos del esposo); pero es verdaderamente un buen hombre. Y lo más padre de él, es que me ama profundamente y a pesar de todas nuestras diferencias, siempre hay un espacio para la reflexión y la comunicación.
También ama a sus hijos. Él mismo reconoce que no puede amarlos como yo, porque a mí me dolieron y me costaron mucho trabajo y, pues él no puede entender esa parte, ni hacer el click como yo; pero los ama.
Antier le decía que verdaderamente, si yo estuviera sola cuando nuestros hijos se enferman y les sube tanto la temperatura, no sé qué sería de ellos. Pues él es el que se levanta en las madrugadas, (sobre todo con mii hija); les pone sus fomentos de agua fría durante horas; les da el medicamento, (en el caso de NAtalia había que darle homeopatía cada cinco minutos hasta que le bajara la fiebre y eso podía durar hasta un día).
Realmente yo no tengo esa paciencia, no puedo estar inmóvil mucho tiempo, me desespero. Él sin embargo, lo puede hacer y así se esté durmiendo sentado, se queda a lado de mi bodoque chillón.
Realmente, tengo un buen hombre a mi lado y lo agradezco infinitamente. ¡Claro que me quejo de él! ¡Es lógico! Todos nos quejamos de todo, (hasta él se queja de mí y mira que se queja ampliamente). Pero tengo una bendición más que agregar a mi lista de super bendiciones.
Ahorita está preparando la cena y realmente cocina rico.
Tiene sus detalles, (todas nos quejamos del esposo); pero es verdaderamente un buen hombre. Y lo más padre de él, es que me ama profundamente y a pesar de todas nuestras diferencias, siempre hay un espacio para la reflexión y la comunicación.
También ama a sus hijos. Él mismo reconoce que no puede amarlos como yo, porque a mí me dolieron y me costaron mucho trabajo y, pues él no puede entender esa parte, ni hacer el click como yo; pero los ama.
Antier le decía que verdaderamente, si yo estuviera sola cuando nuestros hijos se enferman y les sube tanto la temperatura, no sé qué sería de ellos. Pues él es el que se levanta en las madrugadas, (sobre todo con mii hija); les pone sus fomentos de agua fría durante horas; les da el medicamento, (en el caso de NAtalia había que darle homeopatía cada cinco minutos hasta que le bajara la fiebre y eso podía durar hasta un día).
Realmente yo no tengo esa paciencia, no puedo estar inmóvil mucho tiempo, me desespero. Él sin embargo, lo puede hacer y así se esté durmiendo sentado, se queda a lado de mi bodoque chillón.
Realmente, tengo un buen hombre a mi lado y lo agradezco infinitamente. ¡Claro que me quejo de él! ¡Es lógico! Todos nos quejamos de todo, (hasta él se queja de mí y mira que se queja ampliamente). Pero tengo una bendición más que agregar a mi lista de super bendiciones.
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